Tengo a la muerte tendida sobre el pecho
como un amor que fluye, lejano sueño
de lunas en sazón, redoble que se duerme.
Es un pasar por un jardín de flores muertas
que liban de la carne.
Avanza, la enemiga,
tendiéndome la senda de sus huesos,
de su luna letal, acerba, chata.
Quiere quitarme todo atisbo
del mar, de las rompientes,
del juego con la esposa,
la risa de mis niños.
He de apartarla. Ha de beber mi láudano,
por que goce yo, en el salto,
del momento de mundo que aún me queda.
Así, el abrazo adúltero sea el gaje.
Venga, vaya este besar helado
a su boca de hueso;
mis manos acaricien sin terror sus pechos de vacío
prolongándome el tiempo.
martes, 29 de diciembre de 2009
domingo, 6 de diciembre de 2009
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Adolescencia.-
Ayer fue el día imposible,
cuando el astro de la noche perdió su diente grande,
diente fuerte, caro a la semilla,
aullador, brillante,
tan querido por cuenta, peso amigo,
hermano como el hacha, como el sangriento palo, y buen jinete.
Así es que veis mi suerte, la de hoy, echada,
y mi sudor en peso.
Que se ha quedado
aquella niña loba con el vientre
tendido a la llovizna;
allí, en el suelo,
el saco rotundo de sus gibas, el del vino,
y me deshago en sacar gatos del agua,
por no quedarme sin bruma que guardar,
sin nada que coserme al forro del abrigo.
Con todos estos pelos, y con la muerte al fondo
albando de terror,
he de lograr armarme una melena.
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cuando el astro de la noche perdió su diente grande,
diente fuerte, caro a la semilla,
aullador, brillante,
tan querido por cuenta, peso amigo,
hermano como el hacha, como el sangriento palo, y buen jinete.
Así es que veis mi suerte, la de hoy, echada,
y mi sudor en peso.
Que se ha quedado
aquella niña loba con el vientre
tendido a la llovizna;
allí, en el suelo,
el saco rotundo de sus gibas, el del vino,
y me deshago en sacar gatos del agua,
por no quedarme sin bruma que guardar,
sin nada que coserme al forro del abrigo.
Con todos estos pelos, y con la muerte al fondo
albando de terror,
he de lograr armarme una melena.
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domingo, 8 de noviembre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
Espera.-
El poema hierve
contra el metal del bol.
Libre en mi cuchara
va cuajándose a la recia muchedumbre
de voces por venir.
La muda hilera
aguardará su acaso en el papel,
-diáfana en secreto-
por si del aire
llaman.
contra el metal del bol.
Libre en mi cuchara
va cuajándose a la recia muchedumbre
de voces por venir.
La muda hilera
aguardará su acaso en el papel,
-diáfana en secreto-
por si del aire
llaman.
domingo, 18 de octubre de 2009
Corre.-
"Escribo para morder la mano
que atenaza mi garganta".
Sandra Orellana.-
Corre mi carne
la línea de andanada que le toca
con la sangre de un orbe de papel
brotando en cada poro.
Así vierto mi canto sobre la dicha caída
y enrisco entre mis notas cada volado pájaro.
Porque escribir es siempre buena purga
un restallar las luces de la noche.
Hasta que brillen de dolor las sombras
soy brasa y comunión.
Y calle el perro.
que atenaza mi garganta".
Sandra Orellana.-
Corre mi carne
la línea de andanada que le toca
con la sangre de un orbe de papel
brotando en cada poro.
Así vierto mi canto sobre la dicha caída
y enrisco entre mis notas cada volado pájaro.
Porque escribir es siempre buena purga
un restallar las luces de la noche.
Hasta que brillen de dolor las sombras
soy brasa y comunión.
Y calle el perro.
martes, 6 de octubre de 2009
Caza.-
En pie sobre mi cuerpo
arqueo el hambre en calma.
Doblado bajo el cosmos,
palpo aquel pan viejo que afilan las señales.
Porque el viento ha traído su razón de sangre;
el aire pajarero me acercó el aroma
de cierta luna antigua a la que puse perro.
Ya no hay fiestas que guardar. Sólo la noche.
En esta caza
soy cuajo de la carne, soy la pieza.
arqueo el hambre en calma.
Doblado bajo el cosmos,
palpo aquel pan viejo que afilan las señales.
Porque el viento ha traído su razón de sangre;
el aire pajarero me acercó el aroma
de cierta luna antigua a la que puse perro.
Ya no hay fiestas que guardar. Sólo la noche.
En esta caza
soy cuajo de la carne, soy la pieza.
domingo, 13 de septiembre de 2009
Marcho.-
Marcho ciñendo la vela a mi delirio.
Doblado en el timón
voy trazando los húmedos rieles.
Rumbo hacia esa parte donde la luz se opaque
donde el día pierda sus trazas de gobierno.
Allí donde la niebla confunda a la razón,
por afirmarme en pos de mi quimera.
Porque este mar no es taza a mi medida
esta tierra es tierra extraña, y este cielo...
Doblado en el timón
voy trazando los húmedos rieles.
Rumbo hacia esa parte donde la luz se opaque
donde el día pierda sus trazas de gobierno.
Allí donde la niebla confunda a la razón,
por afirmarme en pos de mi quimera.
Porque este mar no es taza a mi medida
esta tierra es tierra extraña, y este cielo...
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Veo el agua.-
Veo el agua
en celaje de muros cosidos por mi lomo.
Adosada al valor
la muerte me hiende con su fúnebre cojín.
Filo al palo su bárbaro cuchillo.
Filo al palo la roca que se extingue.
Filo al palo el de ser aquella sombra
que crece lunas frías junto al párpado.
Ahora callen. No me digan
que nada de esto habían percibido.
Si estaba todo claro;
si estaban la barrica, el furgón de los helados,
los sacos de alquitrán, la piedra aquella
donde osáramos sentarnos tras la lluvia,
el patio de columnas, las revueltas...
Estaba todo claro,
condenadamente claro, -¡ay!-,
desde el principio.
en celaje de muros cosidos por mi lomo.
Adosada al valor
la muerte me hiende con su fúnebre cojín.
Filo al palo su bárbaro cuchillo.
Filo al palo la roca que se extingue.
Filo al palo el de ser aquella sombra
que crece lunas frías junto al párpado.
Ahora callen. No me digan
que nada de esto habían percibido.
Si estaba todo claro;
si estaban la barrica, el furgón de los helados,
los sacos de alquitrán, la piedra aquella
donde osáramos sentarnos tras la lluvia,
el patio de columnas, las revueltas...
Estaba todo claro,
condenadamente claro, -¡ay!-,
desde el principio.
miércoles, 19 de agosto de 2009
lunes, 17 de agosto de 2009
Cuanto más bella es una frase musical, más rico es el peso de su sugerencia, y si comprendemos la forma pero sólo ligeramente, tenemos poco freno para interpretarla. Nos vemos empujados a relacionar el bello sonido con alguna experiencia propia, o hacemos que simbolice una concepción de caracter general. Tal vez la música deba algo del sorprendente poder que ejerce sobre nosotros a su falta de articulación definida; sus afirmaciones poseen toda la majestuosidad de una generalización, y, no obstante, contienen nuestras emociones particulares.
Impresiones de Bayreuth (1909), Virginia Woolf.
Viajes y viajeros, Ed. Plaza y Janés.
Impresiones de Bayreuth (1909), Virginia Woolf.
Viajes y viajeros, Ed. Plaza y Janés.
domingo, 16 de agosto de 2009
Utopía.-
Si a contracorriente hubo de nadar mi barco
a todo trapo cortando con la quilla,
si se dobla del calor el sol sobre mi cuello
y en las ardientes costillas su golpe me redime
entonces
como el fénix venido de Belén,
como ese viento terco, que ora toca el suelo, otrora sube
y tomándose de nubes trae la fresca
así, doblada en suerte, se gane en dos mi tela
y al verde páramo por donde paseó en fracaso
mi dolorida multitud
será que viene el tiempo, y venga a nos
la brisa como magia, el sol como caricia,
de libre viento en popa, y al pájaro la calle
y volar, y el aire
se tenga sin destiempo, en la serena
el orbe, y el cielo todo
en son
al agua,
al sol, al hombre, al orbe, al pájaro.
a todo trapo cortando con la quilla,
si se dobla del calor el sol sobre mi cuello
y en las ardientes costillas su golpe me redime
entonces
como el fénix venido de Belén,
como ese viento terco, que ora toca el suelo, otrora sube
y tomándose de nubes trae la fresca
así, doblada en suerte, se gane en dos mi tela
y al verde páramo por donde paseó en fracaso
mi dolorida multitud
será que viene el tiempo, y venga a nos
la brisa como magia, el sol como caricia,
de libre viento en popa, y al pájaro la calle
y volar, y el aire
se tenga sin destiempo, en la serena
el orbe, y el cielo todo
en son
al agua,
al sol, al hombre, al orbe, al pájaro.
martes, 4 de agosto de 2009
Está mi arisco cuarto...
Está mi arisco cuarto de sombra amanecido,
de férreos ventanucos que me enmarcan la noche
tizones que emborrachan sus guitarras en vino
por burlar el hastío en esta paz sin viaje
se obceca en el abrazo la durísima puerta
dintel que no traspasan mis gritos ni mis voces
bien tachonada teca que me arroja a la esquina,
al folio en que me vierto en líneas funerales
en la tabla rotulo con arrancados pétalos
una rosa sencilla que parta de mi carne
tras la puerta encerradas estas líneas esperen
ser flor entre tus labios para volver al aire
de férreos ventanucos que me enmarcan la noche
tizones que emborrachan sus guitarras en vino
por burlar el hastío en esta paz sin viaje
se obceca en el abrazo la durísima puerta
dintel que no traspasan mis gritos ni mis voces
bien tachonada teca que me arroja a la esquina,
al folio en que me vierto en líneas funerales
en la tabla rotulo con arrancados pétalos
una rosa sencilla que parta de mi carne
tras la puerta encerradas estas líneas esperen
ser flor entre tus labios para volver al aire
miércoles, 20 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
Madre.-
Llueve a esta mesa sin beso tu madera
casi sin abrigo, casi sin lluvia
en la piedra del pecho, y con la afrenta
de saberte a viento, con dios, de noche acometida,
y bajo ese sol de escolta soportar tu ausencia
durante estos tantos, largos, blandos años.
Y que me ha ido bien, mamá, en la terca del hambre,
en la cava el huerto, en la comida,
en el runrún alegre del corro de los niños,
o en laca que blanquea las faltas de mi pelo.
Es el cuadro que pinto. Hoy, que llueve
agua de aquel verano vestido de asesino,
y salen broma, el lazo de la sangre, el coche, el saco
el barro, el perro que te quiso,
los burros de tu caldo, el hueso con cuchara.
Y estás tú, madre que lloro, que tanto me quisiste,
debajo del manzano, llamándome a los gritos.
casi sin abrigo, casi sin lluvia
en la piedra del pecho, y con la afrenta
de saberte a viento, con dios, de noche acometida,
y bajo ese sol de escolta soportar tu ausencia
durante estos tantos, largos, blandos años.
Y que me ha ido bien, mamá, en la terca del hambre,
en la cava el huerto, en la comida,
en el runrún alegre del corro de los niños,
o en laca que blanquea las faltas de mi pelo.
Es el cuadro que pinto. Hoy, que llueve
agua de aquel verano vestido de asesino,
y salen broma, el lazo de la sangre, el coche, el saco
el barro, el perro que te quiso,
los burros de tu caldo, el hueso con cuchara.
Y estás tú, madre que lloro, que tanto me quisiste,
debajo del manzano, llamándome a los gritos.
miércoles, 29 de abril de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
Ahora.-
Ahora que puedes,
dibújame en el aire, por si la nieve insiste;
habrás de darte prisa,
por si el cosmos, apretando del todo los gatillos,
dejase de ser nuestro,
y se llevara en su furor las puertas,
dejando amarrado nuestro esquife
a un paso de la dicha;
por si el viento nos vacía en sus bolsillos,
y sin reflejo el vino, y sin brillo de pecado
la cal de las paredes,
y el espacio prosigue sin nosotros el vuelo
de su hermosa, callada, tremenda sinfonía.
dibújame en el aire, por si la nieve insiste;
habrás de darte prisa,
por si el cosmos, apretando del todo los gatillos,
dejase de ser nuestro,
y se llevara en su furor las puertas,
dejando amarrado nuestro esquife
a un paso de la dicha;
por si el viento nos vacía en sus bolsillos,
y sin reflejo el vino, y sin brillo de pecado
la cal de las paredes,
y el espacio prosigue sin nosotros el vuelo
de su hermosa, callada, tremenda sinfonía.
jueves, 19 de marzo de 2009
Abril.-
Liba del polen la morena abeja
sobre la brava paz de mi secano.
Ese jugar de sueño, ese partirse en alas,
esas fintas del aire curvado para el beso.
Tardos los pasos, dificultosamente
renqueo por los fosos de la caverna mía.
Tarde llega ese fuego, tarde, tarde,
no es brasa de mi hoguera, no es para mí la cita.
Hoy contemplo en mi vuelo, desde el helado cosmos,
la flechas de la vida topando con la carne.
Lamentando aquel tiempo en que fueron de mi mano
y lloraba mi frío, incapaz de alcanzarlas.
sobre la brava paz de mi secano.
Ese jugar de sueño, ese partirse en alas,
esas fintas del aire curvado para el beso.
Tardos los pasos, dificultosamente
renqueo por los fosos de la caverna mía.
Tarde llega ese fuego, tarde, tarde,
no es brasa de mi hoguera, no es para mí la cita.
Hoy contemplo en mi vuelo, desde el helado cosmos,
la flechas de la vida topando con la carne.
Lamentando aquel tiempo en que fueron de mi mano
y lloraba mi frío, incapaz de alcanzarlas.
lunes, 2 de marzo de 2009
sábado, 28 de febrero de 2009
Nada.-
Vuelve el aura con el sol;
la mesa, la ventana,
el viejo cesto
donde esconde mi perro calcetines,
ese cajón que nunca cerró bien.
Y saludo a la nada, la muerta que me ronda,
y me vive y me calienta,
me refresca, y me ilumina;
de ella soy
ojos,
sed, labios deshechos,
por besar, en otros dos iguales,
la misma nada mía.
Así, será consuelo
el obligado baile:
al cabo de las horas
volver
al polvo, ser
perros, mesa, pared,
cajón,ventanas, boca, calcetines.
la mesa, la ventana,
el viejo cesto
donde esconde mi perro calcetines,
ese cajón que nunca cerró bien.
Y saludo a la nada, la muerta que me ronda,
y me vive y me calienta,
me refresca, y me ilumina;
de ella soy
ojos,
sed, labios deshechos,
por besar, en otros dos iguales,
la misma nada mía.
Así, será consuelo
el obligado baile:
al cabo de las horas
volver
al polvo, ser
perros, mesa, pared,
cajón,ventanas, boca, calcetines.
viernes, 16 de enero de 2009
A plomo.-
A plomo cae mi carne de pájaro imposible.
Frenético trato, con palabras de piedra,
modelarme alas urgentes.
Allí donde el ocaso trazaría su línea delicada
mis manos imperitas desgarran el azul
y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno
el vuelo se me pinta.
El sol dobla, imponente,
la curva en llamas del agua de la tarde.
Es esa brasa el pájaro de luces
que siempre se me escapa.
Frenético trato, con palabras de piedra,
modelarme alas urgentes.
Allí donde el ocaso trazaría su línea delicada
mis manos imperitas desgarran el azul
y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno
el vuelo se me pinta.
El sol dobla, imponente,
la curva en llamas del agua de la tarde.
Es esa brasa el pájaro de luces
que siempre se me escapa.
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