Frente al mar ha ido a caer –fuego-, mi cena:
es aquel sol
enhebrándome al rojo.
Hilas, tiempo, doma,
buen regazo.
Frente a este mar, frente a esas islas
en donde tan temprano se hundieron mis bajeles.
Y de tanta paz como contemplo,
el hambre:
blando ha de ser
el lecho bien tendido que acoge a los ahogados.
Curvo mi frente,
azul
bobina. Luz
en guerra.
Y siendo oferta grave.
Y siendo aquel regazo limón apetecido.
Y que de toda aquella tremenda combustión
lame mi perro.
Como el ojo del gato,
el agua verde:
de la tranquila luz
su hueso al fondo.
Pues hoy sabemos
que aún queda texto por leer
mar por abrir
desierto atrás por explotar
papel en blanco que escribir
lagunas
pan
estrellas,
playa.
lunes, 29 de diciembre de 2008
martes, 2 de diciembre de 2008
Estigia.-
Sumergido en el lago fatal de las edades
el tónico del agua nos asfixia
y el afán por salir
da su tañido a la suave donosura.
Que aquel tictac viciado
es turbulento vino,
y más vivo regreso, y la visión de pánico
queda en vino de merienda
y en pan que resucita.
Es este orco
potente bien.
Así
de toda aquella saña
de aquel hervor en el desadidero
veo alzarse un Sísifo coronado en victoria,
y el retorno del ave
con la verde rama prendida entre su pico.
Así que os dejo
sobre las blancas tablas mi tímido arrebato
pendiente como estoy de vino sin labrar
de un vino sin misa, alcohol urgente
con el que dar al fin la roja sangre
a dientes y a victoria.
Queda la carne
trotando en pan y pan
blanco llorando carne viva.
Y la esperanza
hirviendo por sanar
doliéndose de muerta, al fin cumplida.
Hoy trae la suerte
un agua
lívida
gota
torrente
amanecer
al plato.
el tónico del agua nos asfixia
y el afán por salir
da su tañido a la suave donosura.
Que aquel tictac viciado
es turbulento vino,
y más vivo regreso, y la visión de pánico
queda en vino de merienda
y en pan que resucita.
Es este orco
potente bien.
Así
de toda aquella saña
de aquel hervor en el desadidero
veo alzarse un Sísifo coronado en victoria,
y el retorno del ave
con la verde rama prendida entre su pico.
Así que os dejo
sobre las blancas tablas mi tímido arrebato
pendiente como estoy de vino sin labrar
de un vino sin misa, alcohol urgente
con el que dar al fin la roja sangre
a dientes y a victoria.
Queda la carne
trotando en pan y pan
blanco llorando carne viva.
Y la esperanza
hirviendo por sanar
doliéndose de muerta, al fin cumplida.
Hoy trae la suerte
un agua
lívida
gota
torrente
amanecer
al plato.
sábado, 8 de noviembre de 2008
martes, 4 de noviembre de 2008
Suerte.-
apartado de todos escupo la medalla
a pío de pájaros sobre mi rama negra
el paso quebrantado, robándole al valor
alzo la causa de los que nada sirven
bebo en el agua el frío de la cima
fuerza en su sencillo triunfo de metal
así, tomado en ave, soy la cumbre
birlando desde el polvo mi alimento
triste suerte de animal, de vida imaginaria,
ser rotundo en escribir, áspero en serse.
a pío de pájaros sobre mi rama negra
el paso quebrantado, robándole al valor
alzo la causa de los que nada sirven
bebo en el agua el frío de la cima
fuerza en su sencillo triunfo de metal
así, tomado en ave, soy la cumbre
birlando desde el polvo mi alimento
triste suerte de animal, de vida imaginaria,
ser rotundo en escribir, áspero en serse.
jueves, 30 de octubre de 2008
Rosa por norte.-
Rosa seguida, mi buena suerte muerta
llegada de un cielo aparte apareciste
y a quebrar mi corazón te dispusiste
entonando en mi cajón tu dicha cierta.
Mi rosa erguida, quedó la sed cubierta,
aquella tarde en el agua que me diste
oh, flor de fuego, por guía dispusiste,
rosal de llamas sobre mi carne abierta.
Y clavado en esa dicha laxa espero
el revivir del sueño en el que serte,
volver a ser tras tus párpados de acero.
Pero nunca fui animal de buena suerte:
he de cambiar mi espesura sin jilguero
por tu rosa en mi razón, rosal de muerte.
llegada de un cielo aparte apareciste
y a quebrar mi corazón te dispusiste
entonando en mi cajón tu dicha cierta.
Mi rosa erguida, quedó la sed cubierta,
aquella tarde en el agua que me diste
oh, flor de fuego, por guía dispusiste,
rosal de llamas sobre mi carne abierta.
Y clavado en esa dicha laxa espero
el revivir del sueño en el que serte,
volver a ser tras tus párpados de acero.
Pero nunca fui animal de buena suerte:
he de cambiar mi espesura sin jilguero
por tu rosa en mi razón, rosal de muerte.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Invocación del solitario.-
Y si mi casa
de puro blanca está que se deshace
habré de dar cordial a la enramada
y deshojarme en el sueño de los muros
por asaltar la caja donde guardo
el limbo de los niños
porque esta tarde asistan a las ninfas de la fresca
en derramar mi pelo de vino bebedizo
y así goce en el asombro, a vista de las cruces
al cabo de la senda, de mi cerrado punto
Rodeadme pues, ahora, amigos, sea que os tenga
-pizca de nieve al palpo de la boca-
tras del afán y el ardor de la batalla
siquiera unos segundos
de puro blanca está que se deshace
habré de dar cordial a la enramada
y deshojarme en el sueño de los muros
por asaltar la caja donde guardo
el limbo de los niños
porque esta tarde asistan a las ninfas de la fresca
en derramar mi pelo de vino bebedizo
y así goce en el asombro, a vista de las cruces
al cabo de la senda, de mi cerrado punto
Rodeadme pues, ahora, amigos, sea que os tenga
-pizca de nieve al palpo de la boca-
tras del afán y el ardor de la batalla
siquiera unos segundos
miércoles, 10 de septiembre de 2008
martes, 9 de septiembre de 2008
Luna.-
se curva mi razón al dar los dados
su finta de dolor contra el tapete
del barro, vertical, soy yerta calma,
hito de pie sobre la milla fiera
sonoras las fontanas, trovadores los lirios,
vacías las calles, desiertas las ventanas
es el páramo el destino por labrar
es tierra helada bajo mis blandos dedos
quizá una luna encinta, luna loca del pánico,
me brinde de su tizne contra el abierto plomo
marrado el corazón, es su gemido
el blanco luto al que rindo mi bandera
su finta de dolor contra el tapete
del barro, vertical, soy yerta calma,
hito de pie sobre la milla fiera
sonoras las fontanas, trovadores los lirios,
vacías las calles, desiertas las ventanas
es el páramo el destino por labrar
es tierra helada bajo mis blandos dedos
quizá una luna encinta, luna loca del pánico,
me brinde de su tizne contra el abierto plomo
marrado el corazón, es su gemido
el blanco luto al que rindo mi bandera
domingo, 17 de agosto de 2008
viernes, 15 de agosto de 2008
Escribir.-
parto
brusca la bolsa de cazar amaneceres
por juntar el iris suficiente
con que labrarme asilo
así trazo la línea a los ponientes
así enfermo vuestro pecho de días de vivir
siendo la furia del badajo en la campana
siendo el grito de la cal albando en los tabiques
reclamando de nuestro dios liviano
roca, vientos, mar, hedor, lunas, batalla
por lograr la alianza con el aire
su salvaje bendición a búsqueda y capricho
por levantar mi ser, mi casa, finalmente,
con la nada poderosa de sus muros
brusca la bolsa de cazar amaneceres
por juntar el iris suficiente
con que labrarme asilo
así trazo la línea a los ponientes
así enfermo vuestro pecho de días de vivir
siendo la furia del badajo en la campana
siendo el grito de la cal albando en los tabiques
reclamando de nuestro dios liviano
roca, vientos, mar, hedor, lunas, batalla
por lograr la alianza con el aire
su salvaje bendición a búsqueda y capricho
por levantar mi ser, mi casa, finalmente,
con la nada poderosa de sus muros
sábado, 19 de julio de 2008
jueves, 3 de julio de 2008
Queda.-
Queda la copa
en plena bajamar de los manteles
tantas veces vacía
y llena hasta su borde, apurada, rota.
Copa de mano en mano, el trago previo al beso,
copa cubierta, copón sagrado, cáliz
donde alcanzamos a dios desde este frío;
donde besamos, con nuestros labios trémulos
sus manos inventadas.
Quieta de paz, y qué lejanamente miras
en mi, al vacío,
al paso en soledad por tierra de los miles,
banal trenzar de sendas, de pasillos
urdidos para el viento,
los goces, el quebranto...
_________________
en plena bajamar de los manteles
tantas veces vacía
y llena hasta su borde, apurada, rota.
Copa de mano en mano, el trago previo al beso,
copa cubierta, copón sagrado, cáliz
donde alcanzamos a dios desde este frío;
donde besamos, con nuestros labios trémulos
sus manos inventadas.
Quieta de paz, y qué lejanamente miras
en mi, al vacío,
al paso en soledad por tierra de los miles,
banal trenzar de sendas, de pasillos
urdidos para el viento,
los goces, el quebranto...
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viernes, 27 de junio de 2008
miércoles, 18 de junio de 2008
No era Alejandro.-
Traza la luna mi historia equivocada
labor contra las cuerdas, roca de precipicio.
Áspero es el aire que abrasa en la garganta
un viento de rogar, de soplo mortecino.
En el tiempo preciso en que gritan los manteles
en días de contar los muertos con los dedos.
Es ingente la labor que tengo por delante
tremenda la tarea en que presto desempeño.
La batalla desecó mi insana fuerza;
en pie quedan los muros, mal que pese a mi hueste.
Ese inhóspito trote del cántaro a la silla,
del fiero combatir al buen cuidado.
Fue inútil todo el brío, en vano la matanza,
el mundo quedó incólume, sin rastros de mi paso.
Cerrando ya el armero, espero el buen reposo,
y a baldes con la sangre, caricias al buen perro…
labor contra las cuerdas, roca de precipicio.
Áspero es el aire que abrasa en la garganta
un viento de rogar, de soplo mortecino.
En el tiempo preciso en que gritan los manteles
en días de contar los muertos con los dedos.
Es ingente la labor que tengo por delante
tremenda la tarea en que presto desempeño.
La batalla desecó mi insana fuerza;
en pie quedan los muros, mal que pese a mi hueste.
Ese inhóspito trote del cántaro a la silla,
del fiero combatir al buen cuidado.
Fue inútil todo el brío, en vano la matanza,
el mundo quedó incólume, sin rastros de mi paso.
Cerrando ya el armero, espero el buen reposo,
y a baldes con la sangre, caricias al buen perro…
martes, 17 de junio de 2008
sábado, 24 de mayo de 2008
Vente.-
Vente conmigo, huracán doliente
con nuestras manos desechadas
forjaremos imperio.
Deja caer la fuerza
besando con tu piel el polvo y la cuchara.
De tu mal me vino la fiebre de los dioses
aunque jamás osara pasar de los dinteles.
Por trazar un sol que parta de este hielo
labraremos del frío el cuajo de su brasa.
Por lograr del aire cantando nuestra dicha
otro grito de otro Juan en el desierto.
con nuestras manos desechadas
forjaremos imperio.
Deja caer la fuerza
besando con tu piel el polvo y la cuchara.
De tu mal me vino la fiebre de los dioses
aunque jamás osara pasar de los dinteles.
Por trazar un sol que parta de este hielo
labraremos del frío el cuajo de su brasa.
Por lograr del aire cantando nuestra dicha
otro grito de otro Juan en el desierto.
lunes, 21 de abril de 2008
jueves, 10 de abril de 2008
Qué no habrán bebido.-
Qué no habrán bebido todas mis comadres
si dejaron este rompiente de sed contra los belfos
qué no habrán visto mis finados
mis buenas fuentes, mis carísimas tormentas,
para lloverme tan menudo por los campos
y de los robles, de las claras lilas,
de la salvaje hierba,
en el centro del páramo talludo, hacer mi casa.
Así crecí, hombre, blando, hombre
sobre todas las cosas, que se busca
hombre sobre la fuerza, hombre, y débil por principio,
amante en el dolor, buen donador de manos,
pasto de la belleza, tonto del capirote,
maltenido de todos, hombre en el barro, paria.
Y de cien vidas mejores esta escogerla,
antes el que ha de morir que el que dispara,
arrastrándome por dar en letra el testimonio
de lo que la luz nos dona en cada ocaso.
Así, en tanto que brava, sorda, inútilmente,
me tajo de la piel,
queden estos textos, inútiles discursos,
como la voz de un hombre que, rendido,
nos dona su derrota,
pilar que ya no sirve
de alguna paz futura en la que ya no creo,
y que es aquella, plena, rica, humana, única
victoria posible.
si dejaron este rompiente de sed contra los belfos
qué no habrán visto mis finados
mis buenas fuentes, mis carísimas tormentas,
para lloverme tan menudo por los campos
y de los robles, de las claras lilas,
de la salvaje hierba,
en el centro del páramo talludo, hacer mi casa.
Así crecí, hombre, blando, hombre
sobre todas las cosas, que se busca
hombre sobre la fuerza, hombre, y débil por principio,
amante en el dolor, buen donador de manos,
pasto de la belleza, tonto del capirote,
maltenido de todos, hombre en el barro, paria.
Y de cien vidas mejores esta escogerla,
antes el que ha de morir que el que dispara,
arrastrándome por dar en letra el testimonio
de lo que la luz nos dona en cada ocaso.
Así, en tanto que brava, sorda, inútilmente,
me tajo de la piel,
queden estos textos, inútiles discursos,
como la voz de un hombre que, rendido,
nos dona su derrota,
pilar que ya no sirve
de alguna paz futura en la que ya no creo,
y que es aquella, plena, rica, humana, única
victoria posible.
miércoles, 9 de abril de 2008
miércoles, 26 de marzo de 2008
Sobre mi cana llave.-
Sobre mi cana llave pesa el cuervo
pesa la comba de las doce puertas.
Habrá pesado también la insana sombra
que el torreón fusila contra el muro.
Así viví hasta hoy. Lejos el aire,
en la sombría vaciedad del tímido.
Ya se me llega la aurora de las cifras
y la mesa de matar, la de las vueltas.
Recogeré, del turbulento barro,
lo que dejara en el telar mi angustia.
Tendido parque de muertas mariposas,
es mi vida de papel, botella al mar.
Porque pudiera aprovechar a quien leyere
esta amarga desazón de hombre vencido.
pesa la comba de las doce puertas.
Habrá pesado también la insana sombra
que el torreón fusila contra el muro.
Así viví hasta hoy. Lejos el aire,
en la sombría vaciedad del tímido.
Ya se me llega la aurora de las cifras
y la mesa de matar, la de las vueltas.
Recogeré, del turbulento barro,
lo que dejara en el telar mi angustia.
Tendido parque de muertas mariposas,
es mi vida de papel, botella al mar.
Porque pudiera aprovechar a quien leyere
esta amarga desazón de hombre vencido.
martes, 18 de marzo de 2008
miércoles, 27 de febrero de 2008
Galope.-
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
He percibido al alba, a filo de los dientes,
el claro olor del Orco, sobrevolando el cieno.
Los días van calando a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Por encima, la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
He percibido al alba, a filo de los dientes,
el claro olor del Orco, sobrevolando el cieno.
Los días van calando a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Por encima, la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
viernes, 22 de febrero de 2008
Zungzwang.- (Para Alejandro Salvador Sahoud, In memoriam.)
Cuando fui a tomar tu mano sentí el frío
lo áspero del puño, el pájaro callado
gigante colibrí, por hoy dormido.
Cuando acudí a beber, me dí de bruces
con tierra abierta a tí, surtiendo sed
funesto manantial para mi llanto.
Y pedí el consejo de tu boca hoy muda
esencia de la luz que se deshace ahora
entre el eco de los gritos, en tu patio.
Adios, Zungwang, amigo, domador de la brisa,
voy con tus versos. Cobijo fuerte. Estan en libertad.
Mira. Miradlos.
----
Versos del poeta pueden verse en la que fuera su casa:
www.ultraversal.com
jueves, 21 de febrero de 2008
martes, 19 de febrero de 2008
Ella me dijo.-
La fiera luna, sola,
me gritó ayer de nuevo
–hermoso su volar de luz contra la cresta-
¡qué te hiciste!
En pie, de cara contra el cielo
exprimí en mi puño su lívido limón
por gozar así del ácido escurrir
contra los ojos.
La anciana loba, triste,
clavada, toda miel contra la sombra,
blanda del frío, rotura mi nevero.
Fue ayer, fue ayer, sí, fue ayer mismo
que gritara la luna equivocada
niño
el que a mi arrullo soñaras tantas cosas,
Federo,
¡qué te hiciste...!
De siempre ha estado escrito
en la luz mortecina de mi nombre
que nací para libar paz de las bocanas
árido cáliz que mi esparto recoja.
Así, la bestia en que me arrastro,
desnuda ya de piel,
os canta
por hacer de este crimen, del dolor
el bálsamo sencillo,
el pasatiempo inútil,
el bárbaro remedio.
Tomad, pues, comed,
bebed todos de él;
pues es vida a pedazos que ofrezco en alimento
y a cítara, a címbalos y trova
sea el convite.
Así, aún pasado el último minuto
sea la fiesta.
La blanca sed gritara
Federo, Federo, Federico
¡qué te hiciste!
me gritó ayer de nuevo
–hermoso su volar de luz contra la cresta-
¡qué te hiciste!
En pie, de cara contra el cielo
exprimí en mi puño su lívido limón
por gozar así del ácido escurrir
contra los ojos.
La anciana loba, triste,
clavada, toda miel contra la sombra,
blanda del frío, rotura mi nevero.
Fue ayer, fue ayer, sí, fue ayer mismo
que gritara la luna equivocada
niño
el que a mi arrullo soñaras tantas cosas,
Federo,
¡qué te hiciste...!
De siempre ha estado escrito
en la luz mortecina de mi nombre
que nací para libar paz de las bocanas
árido cáliz que mi esparto recoja.
Así, la bestia en que me arrastro,
desnuda ya de piel,
os canta
por hacer de este crimen, del dolor
el bálsamo sencillo,
el pasatiempo inútil,
el bárbaro remedio.
Tomad, pues, comed,
bebed todos de él;
pues es vida a pedazos que ofrezco en alimento
y a cítara, a címbalos y trova
sea el convite.
Así, aún pasado el último minuto
sea la fiesta.
La blanca sed gritara
Federo, Federo, Federico
¡qué te hiciste!
sábado, 9 de febrero de 2008
Viene.-
que si a tal me habrás visto disparando
acodado en el cieno
y al hilo, babeas, olfateas, tiendes lazo
como fanal en cristo, que muere y resucita
por tí llevo mis muertos a beber
lívido fénix
transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre
sombra a mi nevero
pan para mis pájaros
eres, qué remedio
pero al cabo, tan sólo estás con vida
si me lleno de sed
si no apago la lámpara
acodado en el cieno
y al hilo, babeas, olfateas, tiendes lazo
como fanal en cristo, que muere y resucita
por tí llevo mis muertos a beber
lívido fénix
transitándome de púas el coraje
me robas mansedumbre
sombra a mi nevero
pan para mis pájaros
eres, qué remedio
pero al cabo, tan sólo estás con vida
si me lleno de sed
si no apago la lámpara
sábado, 26 de enero de 2008
Esperanza.-
Carga la furia del mar contra las rocas
espumas por corona, y de la fuerza el grito.
Del peso y del empuje, al paso de los años
acabará en el valle aquel mugir tonante.
Ese paso que busco
tal vez no ha de quedar jamás abierto.
Es un libro hermoso en el que nadie escribe
ni lee mirada alguna.
La multitud en pie, rugiente mansedumbre,
supura buen soldado venido a la abundancia.
Con mano de marea afila su cuchillo
por si la oración no sirve.
Esa república de paz con la que sueño
no va a ser de éste mundo.
espumas por corona, y de la fuerza el grito.
Del peso y del empuje, al paso de los años
acabará en el valle aquel mugir tonante.
Ese paso que busco
tal vez no ha de quedar jamás abierto.
Es un libro hermoso en el que nadie escribe
ni lee mirada alguna.
La multitud en pie, rugiente mansedumbre,
supura buen soldado venido a la abundancia.
Con mano de marea afila su cuchillo
por si la oración no sirve.
Esa república de paz con la que sueño
no va a ser de éste mundo.
domingo, 13 de enero de 2008
Se confirmó aquel brío.-
Se confirmó aquel brío, el medio
con que sorbo los pasos de la calle
mi incierto gavilán, con el que ojeo
las tersas flores, las briznas de metal,
los tórridos ocasos que blando en alimento.
Y qué queréis, si elegí ser gamo
lanza que aguarda ser polvo en astillero
serena, por cortar, caldero, bruma
de algún imaginario agosto en que maduro
del barro en estos versos, en paz con el abrigo,
hacia aquella esperanza irremediable
que vuela con el viento, con el aroma
del sol que nos cerca, y nos impele
tal vez, hasta la vera
de algún remoto ser que, en la distancia
más allá de esta muerte, nos leyere.
-----------------------------------------------
Adiós, desconocido amigo,
Ángel González...
con que sorbo los pasos de la calle
mi incierto gavilán, con el que ojeo
las tersas flores, las briznas de metal,
los tórridos ocasos que blando en alimento.
Y qué queréis, si elegí ser gamo
lanza que aguarda ser polvo en astillero
serena, por cortar, caldero, bruma
de algún imaginario agosto en que maduro
del barro en estos versos, en paz con el abrigo,
hacia aquella esperanza irremediable
que vuela con el viento, con el aroma
del sol que nos cerca, y nos impele
tal vez, hasta la vera
de algún remoto ser que, en la distancia
más allá de esta muerte, nos leyere.
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Adiós, desconocido amigo,
Ángel González...
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