domingo, 11 de marzo de 2007

Tù.-

Bajaste del jardín, abierto pájaro,
derramando una lluvia de cremas a los gritos
y mis plumas de volar, al punto,
colgaron de tu boca
como acordes que asistieran
a tu suelta en mi pecho.

Grávida maestra, has sido desde entonces
el mantra repetido

aquella sacia tuya me llevó a revuelo.
Bendito el día

en que escuché el rumor de tus pasos acercándose
pues aquel rumor habría de quedarse

-guardesa de razón entre mi infierno-
asistiendo, en gracia,

a nuestra pira de limones encendidos.

Así, deseo
que la gloriosa suerte se mantenga,

y que bien corra tu abeja entre mi vuelo
porque pueda poner en alas
de aquella miel tan tuya
que ha ido dejando, sobre el fondo sombrío de mi saco

tu dibujo sabio de labios y locura.

2 comentarios:

mabel casas dijo...

federico

es un poema cálido
baja junto a ese jardín y hace sentir al lector...la gracia recibida el fuego de los limoneros
y luego la vida más entera...con ese quedarse de lo que comparte y pone brillo a los días.....

TU podría ser una mujer , una hija...una flor un instante...pero es INMENSO

BELLO !!
CARIÑOS ,MABEL

federico ruibal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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