a Candela Diaz Pacheco.
Amas la nave
Empujas, sobre la vorágine,
la soberbia trabazón con remo dulce.
Un repicar de corazones trabajando el silencio
cobijarán el tuyo, entonces
Agárrate a la mano que la suerte te tiende
sabe que, tras la fiesta de la espada
la noche barrunta ya cercarnos con su sombra
así nuestras voces
encendiendo el aire
no tengan a suerte apagarse del todo
Sea nuestro grito el talismán fuerte
con el que tundir el pánico.
ama, pues, mata,y escribe
que tras este breve lapso de nuestro turno al sol
el siglo tenga, en nos saciada,
su sed de carne
1 comentario:
Nuestros corazones repicando con el tuyo, separados por la tierra unidos por el verso.
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