Busco entre el barro la hora perra de las reconciliaciones
suave crema del perdón, que como pez
baje como lluvia contra mis coritos huesos
La amalgama de besos y metralla ha de cubrir de sobra el hueco
Así este céfiro terco cese de gritar de láminas
por nuestro paso ronco
noche de delirio, queda, amarga,
tan bella de luna
y en la que tanta paz de nada sirve
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