El ocaso, el pecio,
el tábano, la cuerda,
la vela amurada de los sueños,
la forja del tabique, el cañón frío
que tumba al dispararse la fuerza de las cosas,
mi podre entre sus manos,
ese imparable ocaso
del acero,
la traición, que dobla en tres
las sobas del cariño,
el aliento del tigre
prestándose en el pelo,
el firme enjabonado
de rojo en la batalla.
Así las cosas
nuestro adalid se topa con la noche.
Ese héroe está conmigo
y teme.
4 comentarios:
El héroe está conmigo
y teme...
un final que aplasta!
maestro!
Horacio, tengo miedo...
Un abrazo!.
f.-
¡Terriblemente precioso!
Por si te consuela, el ocaso es para todos...
Se te quiere.
lh
Se te quiere, Lil...
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