Frenético trato, con palabras de piedra, modelarme alas urgentes.
Allí donde el ocaso trazaríasu línea delicada mis manos imperitas desgarran el azul y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno el vuelo se me pinta.
El sol dobla, imponente, la curva en llamas del agua de la tarde.
Es esa brasael pájaro de luces que siempre se me escapa.