Poema.-
Que en días de suerte
la amplia sábana del aire
me brinde su rebozo.
Pues quiero retratar el blando laberinto
y bárbaras regiones
devengarán en vuelo.
Así esta fiebre,
gélido deseo, fría alpaca,
se me torne de lana entre los dedos.
Y que la magia del viento nos asista
en la leva de párpados.
Tal vez, pulido en rostro,
habré logrado el verso
redondo al que aferrarme.
Desde él, el día del sol, tal vez vislumbren,
-madero al malogrado-
aquel paraíso grande que perdimos,
y del que intermitentemente
somos parte.
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