Si a contracorriente hubo de nadar mi barco
a todo trapo cortando con la quilla,
si se dobla del calor el sol sobre mi cuello
y en las ardientes costillas su golpe me redime
entonces
como el fénix venido de Belén,
como ese viento terco, que ora toca el suelo, otrora sube
y tomándose de nubes trae la fresca
así, doblada en suerte, se gane en dos mi tela
y al verde páramo por donde paseó en fracaso
mi dolorida multitud
será que viene el tiempo, y venga a nos
la brisa como magia, el sol como caricia,
de libre viento en popa, y al pájaro la calle
y volar, y el aire
se tenga sin destiempo, en la serena
el orbe, y el cielo todo
en son
al agua,
al sol, al hombre, al orbe, al pájaro.
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