A plomo cae mi carne de pájaro imposible.
Frenético trato, con palabras de piedra,
modelarme alas urgentes.
Allí donde el ocaso trazaría su línea delicada
mis manos imperitas desgarran el azul
y ni a sombra, ni a luna, ni a golpe, ni a gobierno
el vuelo se me pinta.
El sol dobla, imponente,
la curva en llamas del agua de la tarde.
Es esa brasa el pájaro de luces
que siempre se me escapa.
11 comentarios:
Pues a las pruebas me remito, yo creo que tu vuelo es limpio, lírico y veraz.
Luego, el plomo no lo es tanto para regocijo de los que te leemos.
Un abrazo, F.
¡Hola!
Ya. Pero qué pelea...
:)
Un abrazo muy muy grande, Luisa.
Federico.-
jajajaja, me has hecho reir, F. jejeje
es verdad ¡qué pelea!... pero... en ello estamos.
Un beso grande compañero.
Te quiero Fede. Ya sabes por qué. Gracias y un abrazo , Maestro.
Otra senda volada otros pajaros; el mismo vuelo!!
besos
encanta leerte
Billy, mandé tus links a amigos. Y están encantados, claro.
Abrazo.
Horacio! Cuánto tiempo. Soy un pedrolo, que no viajo ni por internet. Te veo en tu blog.
f.-
federico
del escaso tiempo que odio no tener..hoy me alegra volver por aquí y pelear mi espacio de lectura como peleas por darle alas al pájaro en esa brasa rojiza
toda una utopía deseada en tu poema,toda una realidad visual que llega y toda una vibración carnal del deseo
un cariño enorme de argentina
Un beso gordo gordo, Mabel!.
fede.-
Hola, Federico, soy un fantasma del pasado. He llegado a tu blog por pura casualidad y casi me he llevado un susto.
Te conocí de adolescente, como el hijo de mi compañera de trabajo. En fin... un beso, me alegro de saber de ti.
Estrella
Estrella, rediós, hola!
Un abrazo gordísimo.
Fede.-
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