viernes, 22 de febrero de 2008

Zungzwang.- (Para Alejandro Salvador Sahoud, In memoriam.)

Cuando fui a tomar tu mano sentí el frío
lo áspero del puño, el pájaro callado
gigante colibrí, por hoy dormido.

Cuando acudí a beber, me dí de bruces
con tierra abierta a tí, surtiendo sed
funesto manantial para mi llanto.

Y pedí el consejo de tu boca hoy muda
esencia de la luz que se deshace ahora
entre el eco de los gritos, en tu patio.

Adios, Zungwang, amigo, domador de la brisa,
voy con tus versos. Cobijo fuerte. Estan en libertad.
Mira. Miradlos.


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Versos del poeta pueden verse en la que fuera su casa:
www.ultraversal.com

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